Espinaredo.

    Espinaredo se ha convertido en una pequeña villa que a pesar del turismo mantiene su sabor rural, por el mantenimiento de sus casa y la cantidad de hórreos que se conservan en un estado estupendo y siendo además un enclave ideal como punto de encuentro para diversas actividades montañeras. Aguas arriba del rio, que llaman del Infierno y por un hermoso camino a la orilla del rio (este camino hoy pista llena de coches)  nos lleva al área de descanso de la Pesanca, idílico lugar para descansar y luego visitar el arboreto de Miera hacia la majada de Muénigu, en donde estuvo una capilla inaugurada en 1926 dedicada a San Humberto, patrón de los cazadores.

   Rosa Rubio, Isabel Hernández, Enrique Mijares, J.M. Puente, Eusebio Llorca, Gonzalo Gil, Cuadra Sánchez y Ángel Suárez pintaron en sus frescos rincones y dejaron estas acuarelas veraniegas.

 

Acuarela de Rosa Rubio.

Acuarela de Isabel Hernández.

Acuarela de Cuadra Sánchez.

Acuarela de Cuadra Sánchez.

Acuarela de Gonzalo Gil.

Acuarela de Enrique Mijares.

Acuarela de J.M. Puente.

Acuarela de J.M. Puente.

Acuarela de Eusebio Llorca.

Acuarela de Eusebio Llorca.

Isabel Hernández y Rosa Rubio.

Eusebio Llorca, Ángel Suárez y Rosa Rubio.

Enrique Mijares y EusebioLlorca.

Cuadra Sánchez y Enrique Mijares.

Cuadra Sánchez, Enrique Mijares, J.M. Puente y Gonzalo Gil.

J.M. Puente, Cuadra Sánchez y Enrique Mijares.