Sebrayu

La toponimia es confusa, el rio que pasa por las cercanías del iglesia de Santa María de Sebrayo, que es del siglo XIII y declarada monumento artístico, en unos lugares aparece como río Sordo y en otros se le denomina río Sebrayo. De cualquier manera este tramo del camino de Santiago, se vió alterado por la construcción de la autovía del Cantábrico que en el viaducto de El Sordo proyecta sus pilares sobre este oculto lugar que es una gozada para los ciclistas, los peregrinos y desde luego para los pintores del grupo Nieblastur, que este fin de semana sentaron sus caballetes entre sus pomaradas.

  Cuadra Sánchez, Rosa Rubio, Eusebio Llorca, Enrique Mijares, J.M. Puente y Ángel Suárez no pudieron sustraerse a este rincón con tanta solera.

Acuarela de Cuadra Sánchez.

Acuarela de Eusebio Llorca.

Acuarela de Rosa Rubio.

Acuarela de J.M. Puente.

Acuarela de Enrique Mijares.

Acuarela de Ángel Suárez.

J.M. Puente, Rosa Rubio y Cuadra Sánchez.

Rosa Rubio.

Enrique Mijares y Eusebio Llorca.

Cuadra Sánchez y Eusebio Llorca.

A golpe de guía de huellas y señales.

    Algunas veces el destino de estos pintores en sus correrías por esos campos de dios, se hace misterioso e indescifrable para este plumilla que tiene que echar mano de su guía de huellas y señales hasta ir ajustando sus conocimientos geográficos y casi los astronómicos, para señalar el territorio en que se han establecido (habrá que comprarse un dron) para su reunión de los Sábados de Gloria.       Echadas las cartas del Tarot y dados unos misteriosos pases de adivinación al fin nombro el destino final: TORNON.

   

Acuarela de Amelia Ballina.

Acuarela de Eusebio Llorca.

Acuarela de Cuadra Sánchez.

Acuarela de Enrique Mijares.

Acuarela de Gonzalo Gil.

Acuarela de J.M. Puente.

Acuarela de José Miguel Beneyto.

De nuevo solos.

 

   Se han ido los turistas, y la playa, hasta la nueva temporada de invasión humana, recobra su serenidad, sus olores, sus brisas desprovistas de cremas bronceadoras y se acerca a su imagen primitiva invitándonos a disfrutarla en su total soledad. Eusebio Llorca, Cuadra Sánchez, Enrique Mijares, Jesús Magdalena, J.M. Puente, José Miguel Beneyto, Rosa Rubio, Isabel Hernández, Gonzalo Gil y Ángel Suárez regresaron a Misiego para dejarse encandilar por su belleza.

Acuarela de Rosa Rubio.

Acuarela de Cuadra Sánchez.

Acuarela de Enrique Mijares.

Acuarela de Eusebio Llorca.

Acuarela de Eusebio Llorca.

Acuarela de Eusebio Llorca.

Acuarela de Isabel Hernández.

Acuarela de Jesús Magdalena.

Acuarela de J.M. Puente.

Acuarela de J.M. Puente.

Acuarela de José Miguel Beneyto.

Acuarela de Ángel Suárez.

Jesús Magdalena y Enrique Mijares.

Isabel Hernández, Gonzalo Gil y Cuadra Sánchez.

José Miguel Beneyto.

Rosa Rubio.

J.M. Puente.

Eusebio Llorca, Cuadra Sánchez, Jesús Magdalena, Isabel Hernández, Enrique Mijares y José Miguel Beneyto.

El jardín del Edén.

 

Un respiro en el trabajo. M.ª del Carmen Valdés, Juanjo Arrojo, Tere Mieres, Jesús Magdalena, Rosa Rubio, Enrique Mijares, Isabel Hernández, Eusebio Llorca y José Luis Díaz.

Este fin de semana los partes meteorológicos venían de lo mas guerrero, empezó con la borrasca Alina y continuó con el anuncio de la siguiente borrasca llamada Domingo. Los vientos fuertes que soplaron no amilanaron a este grupo de pintores que atendiendo a una invitación de M.ª del Carmen y José Luis y llevados de la mano de Tere Mieres se presentaron, en ¿cómo llamarlo? ¿jardín Botánico? ¿jardín de las Delicias? o ¿un trasunto del Edén?. Un aula abierta de botánica en mitad de la campiña de San Justo, en donde los pintores se refugiaron y encontraron una acogida que convirtió este sábado de borrasca en un auténtico Sábado de Gloria.

   

Acuarela de Eusebio Llorca.

Acuarela de Eusebio Llorca.

Acuarela de Enrique Mijares.

Acuarela de J.M. Puente.

Acuarela de Rosa Rubio.

Acuarela de Tere Mieres.

Acuarela de Isabel Hernández.

Isabel Hernández.

Tere Mieres.

Enrique Mijares.

Acuarela de Jesús Magdalena