Manzanas, nueces, avellanas, limones, maíz, tomates, naranjas...la tierra de Fabares-Rozáes es ubérrima y un remanso de tranquilidad lejos de la masificación veraniega. Cuenta, además de con su huerta exultante, de un pequeño tesoro arquitectónico, la capilla de San Pedrín, perteneciente a Rozáes fue obra del arquitecto Gregorio de la Roza en el siglo XVII por encargo de D. Santos Sampedro de la Vega de Saldaña, con raíces en el Principado de Asturias como atestiguan los blasones que se encuentran en su casa original junto a la capilla.
Cuadra Sánchez, José Miguel Beneyto, Eusebio Llorca, Rosa Rubio, Enrique Mijares, Gonzalo Gil, J.M. Puente y Ángel Suárez pintaron mientras escuchaban a los vecinos hablar de sus problemas con el jabalí o el aguérriu que les dan las culebras (mientras Gonzalo se sonreía por lo bajo).
Cuadra Sánchez.
Acuarela de Cuadra Sánchez.
Eusebio Llorca.
Acuarela de Eusebio Llorca.
Acuarela de Eusebio Llorca.
Gonzalo Gil.
Acuarela de Gonzalo Gil.
Rosa Rubio y J.M. Puente.
Acuarela de Rosa Rubio.
Acuarela de J.M. Puente.
Acuarela de J.M. Puente.
Enrique Mijares.
Acuarela de Enrique Mijares.
José Miguel Beneyto.
Acuarela de José Miguel Beneyto.
Acuarela de José Miguel Beneyto.
Ángel Suárez.
Acuarela de Ángel Suárez.
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