San Andrés de Bedriñana, descuidada en su exterior donde las humedades van creciendo en extensión, conserva su aspecto de templo rural enclavado entre pomaradas y prados, y en su costado sur resisten unos ejemplares del árbol del amor que parecen enviar sus efluvios amorosos hacia las tres ventanas geminadas que púdicamente se protegen bajo el cabildo.
Isabel Hernández, Cuadra Sánchez, Enrique Mijares, Eusebio Llorca, J.M. Puente y Ángel Suárez gozaron de la benigna temperatura mientras pintaban y se deleitaron con los bombones que Eusebio Llorca fabrica en los hornos de su talle de maestro repostero.
Acuarela de J.M. Puente.
Acuarela de J.M. Puente.
Acuarela de Eusebio Llorca.
Acuarela de Isabel Hernández.
Acuarela de Enrique Mijares.
Acuarela de Cuadra Sánchez.
Acuarela de Ángel Suárez.
Cuadra Sánchez y Eusebio Llorca.
Eusebio Llorca, Isabel Hernández, J.M. Puente y Cuadra Sánchez.
Isabel Hernández, Cuadra Sánchez y Enrique Mijares.
Eusebio Llorca y J.M. Puente.
San Andrés de Bedriñana.